miércoles, 20 de febrero de 2013

¿Porqué hacer ejercicio?


Quince consejos para ser feliz en el trabajo

El portal Inc. ofrece algunas recomendaciones para mejorar la satisfacción laboral

 
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13/02/2013 Tu felicidad en el trabajo, igual que en la vida, depende en parte de cómo gestionas tus emociones y las emociones de los que te rodean. El portal Inc. recoge quince recomendaciones para controlar lo que se ha llamado inteligencia emocional en el trabajo, a partir de los consejos de Rob Scher, presidente de la firma de consultoría Scher Group.

1. Sé asertivo. Expresa tus sentimientos y pensamientos, con confianza pero sin necesidad de ganar cada conversación.

2. Toma consciencia de ti mismo. Reconoce y comprende lo que sientes en cada momento e intenta determinar por qué te sientes así.

3. Sé empático. Conoce y aprecia los sentimientos de los demás, incluso cuando son diametralmente opuestos a los tuyos.

4. Céntrate en la solución. En lugar de quejarte del origen de todos los problemas, aíslalos y procura generar una solución eficaz.

5. Aprecia lo que tienes. Permítete disfrutar de tu trabajo, de la compañía de tus colegas y de los retos diarios que te ofrecen tus tareas.

6. Sé orgulloso pero humilde. Sé realista, y que esto te permita apreciar tus puntos fuertes pero también aceptar tus limitaciones. 

7. Abre tu mente. Empéñate en aquellas tareas que te conducen al desarrollo de tus habilidades y talentos.

8. Sé independiente. Déjate autodirigir, y aplica tu propio dominio en tus pensamientos y acciones, hasta dónde lo permita la jerarquía, claro.

9. Sé amable. Nadie puede ser feliz si está siendo antipático con los que le rodean ocho horas al día.

10. Sé comunicativo. Fomenta y mantiene la cercanía emocional a través de conversaciones trascendentales, no hay que hablar siempre del tiempo. 

11. Sé realista. Diferencia entre tu apreciación emocional de la realidad y la realidad objetiva, pura y dura.

12. Sé flexible. Ajusta tu comportamiento al entorno, a sus situaciones cambiantes y condicionantes.

13. Sé optimista. Mantiene una actitud positiva, incluso cuando las cosas no salen como tu esperabas, seguro que puedes sacar algo bueno de ello.

14. Sé resilente. Aprende a soportar los eventos adversos, las situaciones estresantes y las emociones fuertes, es mucho mejor que un trabajo siempre lineal.

15. Sé prudente. Regula tus emociones y resiste la tentación de actuar de forma apresurada.

¿¿Has perdido tu trabajo??

http://www.equiposytalento.com/noticias/2013/02/18/como-volverse-a-sentir-motivado-tras-perder-el-trabajo

lunes, 7 de enero de 2013


La vida está hecha para vivir, disfrutar y reír!

la vida está hecha para disfrutar y reirTu eres uno de estos que se toma todo tan en serio? Tu vida, tu personalidad, tus opiniones… Déjalo!! Ríete más.
;)
La vida está hecha para vivir, para disfrutar y para reírse.
Un ejemplo sencillo: si te ríes usas 15 músculos de tu cara, si tienes la cara enfadada y frustrada usarás 20…que es lo que te cuesta menos energía: reírte todo el día! Es la mejor prueba de que la vida está hecha para reírse!
Los niños, se ríen de 300 a 400 veces al día, los adultos, 10-15…así que descubre rápidamente cómo puedes tener más sentido del humor en tu vida.

I Congreso Internacional de Inteligencia Emocional y Bienestar. Del 17 al 19 de Mayo en Zaragoa

martes, 18 de diciembre de 2012

España será emprendedora o no serà


Marc Vidal      "Up in the cloud"
Hace mucho tiempo descubrí que una nueva pobreza se estaba inoculando en el sistema, pero que  sorprendentemente no era de tipo económica aunque  a medida que iban incorporándose en las listas de la  miseria más ciudadanos y familias así lo pareciera dejar claro. Pero repito, no era una «crisis» económica la que se avecinaba. Lo escribí hace ya 7 años, era probablemente una gran bola de estiércol que avanzaba irremediablemente, pues no había nadie con la voluntad de detenerla. Era pues, una crisis de carácter moral, de estímulo y sobretodo de espíritu de sacrificio y de valor emprendedor. El valor negativo del fracaso, la sospecha sobre el éxito y la falta de instrucciones para soñar un futuro distinto fueron minando nuestra sociedad. No nos educaron para emprender. No nos explicaron lo importante que es tomar las riendas de nuestra propia existencia. Seguramente nadie quiso transmitirlo, me temo, y nadie estaba dispuesto a escucharlo, supongo. Ahora, con todo ello nace una nueva clase social soportada por herramientas privadas o religiosas que suman lo necesario para que en este país nadie se muera de hambre. Un nuevo estigma socioeconómico compuesto por familias jóvenes monoparentales, con el paro vencido, niños pequeños y con deudas de todo tipo incluyendo tarjetas y créditos al consumo que han ido inflándose con los primeros impagos. Un estrato social que roza la miseria y que, en su pobreza, esconde la ineficacia de los estímulos ofertados por la administración miles de veces. El círculo se va cerrando y toda la metodología que planteaba recuperar un modelo consumista se muestra operativa a corto, pero terrible a medio plazo. Es como recoger excrementos con la mano, siempre sale mal. Ahora sé perfectamente que «España será emprendedora o no será».
La reacción sigue siendo lenta y casi imperceptible, pero se va labrando  Unos emigran, otros se reinventan, algunos se deciden por recortar, un buen número se lanza a la calle y, cada vez más, unos locos soñadores deciden apostarlo todo al «rojo, par y pasa», pues pase lo que pase, pasa lo que quieren que pase: que pase algo y eso sea lo que ellos han soñado. Tener esperanzas y sueños de negocio rentable no es suficiente para ponerlo en marcha, por supuesto, pero es el primer paso de un largo camino. La creación de empresas de modo deliberado es la evidencia de que se ha tomado una decisión por uno mismo y se ha dejado de lado toda una  literatura rancia sobre montar negocios y una educación esclerotizada que culpa a los valientes creativos y osados de clase y premia a los «empollones» que siguen al pie de la letra cuanto les piden. Encontrar personas adecuadas y recursos será el siguiente paso.
Os animo a que cada jornada se encienda con la ilusión del primer día de cualquiera de vuestros sueños. Mirad bien, este mundo grisáceo que todos  escriben como «crisis» es una diapositiva apagada a primera vista, pero repleta de colores cuando, por fin, aceptas que no estamos en ninguna «crisis». Lo duro no es no tener dinero, lo jodido es no tener ilusión. Lo primero se puede pedir, lo segundo no. Yo he  perdido dinero muchas veces en mi vida, pero peleo para no perder la ilusión. Que los que me rodean no la pierdan es también mi mayor reto. Soy  adicto a las miradas que dicen «hoy es el primer día de todo cuanto me queda por vivir».